Después de un año desde el cierre de fronteras a causa de Covid-19 seguimos prácticamente igual.
Desde marzo 2020 que se decretó el cierre fronterizo, hasta julio 2020 que se adecuaron vuelos excepcionales (con PCR y serología) para nacionales y residentes nadie pudo moverse. Una situación compleja, familias en diferentes países y sin la certeza exacta de saber cuando podrían volver a casa.
Meses después se habilitaron vuelos especiales, cuyo requisito principal era tener un negocio o propiedad en el país alaouí, pero sin ser residente. Para ello solicitaban una prueba PCR y una reserva de alojamiento en firme.
Esto nos dio una idea de que quizás era la antesala del regreso del turismo y algunos visitantes lo usaron para cruzar el charco e ingresar en Marruecos.
A día de hoy seguimos igual, con la frontera cerrada, cada día más países forman parte de los “excluidos”.
Las aerolíneas ofrecen y venden vuelos, viéndose obligados a anular a causa de la expansión del virus, por lo que seguimos más o menos igual que al principio, con familiares dispersos por varios países y sin saber a ciencia cierta cuando volverán a verse.
Vemos la posibilidad de una luz al final del túnel, la vacuna no va a ser el descubrimiento que todo lo arregle, sino que tendremos que adecuarnos y ser conscientes de que el virus ha venido para quedarse y tenerlo en mente.
Diferentes aerolíneas están programando vuelos para la campaña de verano y vemos que a partir de mayo 2021 abren nuevas rutas utilizando aeropuertos tanto de origen como de destino que llevan sin operar durante este último año. Deseando que todo este trabajo por su parte no caiga en saco roto y el virus aminore la marcha y nos deje volver a disfrutar de la vida, de lo que dábamos por seguro y esto conlleve una crisis económica menor a la que ya estamos viendo.
Mis mejores deseos para todos
